Cuestión de tiempo (2)

¿Cómo perciben el paso del tiempo las empresas?

¿Se preparan para la realidad de una población más envejecida? ¿Cómo dan respuesta a las necesidades de estas personas? ¿Cómo gestionan la edad de sus plantillas?

A continuación solo hablaré de lo que atañe a la oferta de bienes y servicios al mercado.

Si miramos a nuestro alrededor parece que las empresas no prestan atención a estos temas, al menos hasta ahora.

Un indicador de ello es la obsesión por el corto plazo, algo comprensible si se piensa que no hay largo plazo si no se dan resultados a corto. El problema llega cuando solo hay corto plazo y éste pasa a ser tan, tan corto que hablamos de inmediatez y la gestión en tiempo real,  pues ahora nos lo permite la tecnología, domina la toma de decisiones.

En este contexto parece que hablar de largo plazo no tendría mucho sentido.

Sin embargo,  elevar la mirada ( incluso podríamos usar drones para ello 😉  ) y ver con perspectiva ( ahora podemos trabajar con la inteligencia de datos) es crucial para no dejar de lado lo que da sentido y razón de ser a la empresa. Mirando a corto podemos ir corriendo hacia el vacío porque nuestra desconexión con las tendencias es total al ver solo «un pequeño punto» del presente.

La tecnología nos proporciona herramientas magníficas que podemos utilizar  para predecir y ajustar.  Aquí deberíamos preguntarnos ¿Cómo es nuestra gama de productos y servicios de acuerdo con la realidad de una población que envejece rápidamente?

Los consumidores «senior» son un mercado enorme y lleno de posibilidades,  tanto por su poder adquisitivo como por sus necesidades de consumo, ocio y amplia demanda de servicios.

Algunos de los desajustes se solucionan simplemente diseñando para todos, independientemente de la edad o de las capacidades de cada uno. Un ejemplo: ¿por qué es tan difícil distinguir los botes de champú y acondicionador ? ¿Alguien se ducha con gafas?…

En otros casos, se necesitan productos y servicios específicos dada la naturaleza de los cambios que la edad marca. Por ejemplo: hay semáforos que para poder cruzar hay que haber batido el récord de velocidad. ¿Vamos a hacer que las personas con muletas o bastón sean campeonas olímpicas?

¡Ojo la edad es solo un número! gracias a los avances en salud y educación no podemos asumir como ciertos comportamientos anteriores. Los que hoy tienen 60 años no son como los que los tenían en los años 60.

Dicho esto, el reto viene en cómo captamos* a ese grupo de más de 65 años ( edad mítica a partir de la cual algunos se empeñan en que haya un antes y un después en la vida).

Es un grupo heterogéneo ( los de 65 no son como los de 75 o los de 80 o …¡los de 100! ) y no valen estereotipos o ideas preconcebidas ( no hay tanta brecha digital como se piensa, no son sujetos pasivos y tienen más intereses de los que creemos o queremos creer).

Hablar de ciclo de vida del producto o de un servicio es algo muy común en marketing, quizá no es tan común trabajar en el ciclo de vida de la persona y desarrollar cómo tienen que ser esos productos y servicios y no hacer que las personas hagan lo que puedan con lo que hay.

Urge dar soluciones a esta oportunidad que se presenta. ¡No hay tiempo que perder!

 

* Para llegar a este grupo de población hay que considerar también los prescriptores, que en algunos casos son el destinatario final pues, por ejemplo son los hijos o los cuidadores los que compran productos y contratan servicios… pero esta consideración ya es otro tema.

Fotografía: B.F. Navas

 

“No hacer nada», ¿es una alternativa?

No hacer nada», ¿es una alternativa?

“No hacer absolutamente nada es la cosa más difícil del mundo, la más difícil y la más intelectual”. Oscar Wilde.

 Un contrasentido. Una negación, un verbo de acción y un sustantivo que implica vacío, carencia y ausencia.

La expresión puede tener, al menos, tres grandes ámbitos de aplicación:

El primero va unido a esos momentos de relax deseados, buscados y dicen que necesarios incluso para ser más efectivos después. Dejar el cuerpo y la mente en descanso, una especie de » encefalograma plano» no siempre es fácil de conseguir, ni siquiera con la ayuda del yoga, mindfulness o cualquier otra herramienta. No por difícil, deja de ser un objetivo a conseguir.

El segundo se situaría en el terreno de las grandes decisiones vitales. Parece que la sociedad nos incita siempre a tomar partido por algo, a tener que decidir según criterios establecidos por una conciencia colectiva y no se sabe si superior. La decisión de » no hacer nada» suele asociarse a pasotismo, falta de interés, cobardía y miedo. Y es verdad, sin embargo, hay ocasiones en que se convierte en la decisión más valiente, la más sensata, la que preserva la integridad física y mental de la persona. No se trata de dejar pasar el chaparrón, se trata de asumir las consecuencias desde la experiencia y la serenidad que te da la convicción de que es lo mejor para ti, por ejemplo, negándote a un tratamiento médico que sabes inútil en un análisis » esfuerzo- resultado» esperado.

El tercero se plantea como uno de los escenarios posibles en una estrategia empresarial. El » no hacer nada» aparece normalmente como la opción que te llevará al caos, a la desaparición porque el mercado, la tecnología y la competencia te habrá devorado. Hay demasiados de ejemplos de empresas y negocios que han desaparecido por este motivo. El miedo a tomar decisiones y  equivocarnos puede paralizar, y esto es muy humano por eso pasa también con mucha frecuencia en las empresas. Cómo desbloquear esas situaciones, es otro tema y hay herramientas que nos pueden ayudar.

La solución entonces será hacer algo ¿no?

Volvemos otra vez al todo o nada, y quizá el éxito no está en ese blanco o negro, en hacer o no hacer, sino en tomar decisiones conscientes e informadas, considerando no solo lo inmediato, teniendo visión transversal y escuchando a los experimentados y a los innovadores. Esto nos lleva a aprender de lo pasado y a apostar por el futuro.

Lo que sí parece que nos va a llevar a la destrucción del planeta es no hacer nada real por impedirlo.

«Trabajo con alma». La tecnología y la artesanía.

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La última etapa vital me lleva a la artesanía.

No solo por el verano dedicado plenamente a trabajar la lana de oveja en todo su proceso, desde el esquileo hasta el hilado con rueca y tejido de forma manual.

Ha empezado septiembre y las conferencias a las que he asistido van enfocadas, desde diferentes perspectivas, distintas formas de crear, hacia el trabajo hecho a mano.

El título de esta reflexión, trabajo con alma, me lo da Helena Rohner en la conferencia que hizo en “Viernes visten canas” donde fomentan vínculos intergeneracionales organizando encuentros con experiencias inspiradoras.

Helena, joyera artesana que idea y hace realidad hermosas piezas, defiende la creación desde el trabajo hecho a mano, poniendo en valor a nuestros artesanos y recuperando oficios que se han quedado muy tocados durante la crisis. Hay que volver a construir la red de artesanos fabricando en España.

Otro punto de vista, diferente, pero que converge es el de Andrés Rábago, “El Roto”. Su charla “Del desván a la nube” Relaciona las nuevas tecnologías con algo espacial, algo angélico, le llama el reino de los cielos.

Piensa en la nube como en un desván. Un misterio, en ambos sitios desaparecen cosas…

El Roto dice que su mejor instrumento tecnológico es un lápiz y un cuaderno. Doy fe de ello, a la salida de su charla, al acercarnos a darle las gracias por su magistral exposición, vemos que lleva su cuaderno en la mano con la etiqueta del precio pegada en el dorso.

Uno de sus dibujos versa así: ”Cuando despertaron del sueño digital el lápiz seguía ahí”

Y yo que, desde los años 80, estoy deslumbrada con la tecnología, ahora que mi tablet funciona regulín, me veo muchas veces tomando notas en un pequeño cuaderno.

Esta reflexión me lleva a pensar en los milenials, ahora buscan un trabajo que les llene, no quieren ganar mucho dinero, se enfocan en hacer el trabajo que les gusta, desde el lugar que quieran. Para esto las nuevas tecnologías  brindan una ayuda imprescindible, por lo que la tendencia es a combinar la tecnología con la artesanía en el amplio sentido de la palabra.

Todo es cíclico, y la tecnología más sencilla que nos acompaña , sin problemas de batería, y suele ser muy efectiva en cualquier momento.

En la exposición ” 3D imprimir el mundo “ de la Fundación Telefónica vemos este cambio que se avecina, de la revolución industrial en la que se empezó a producir en masa, ahora vamos hacia una nueva forma de producción, la fabricación individualizada. Ahora ya hablamos de tecnología y artesanía en el mismo proceso.

 

 

A gusto en agosto …

A gusto en agosto…¿trabajando?  Sí, es posible. Puede que hasta deseable.

El concepto de vacaciones de los españoles ha cambiado bastante, sobre todo en los últimos años, en los que la situación económica y la falta de empleo han hecho que los veraneos sean diferentes.

Quizá se nos abrieron los ojos y no solo porque infinidad de estudios digan que es mejor fraccionar el descanso a lo largo del año y que es incuestionable la necesidad de tener vacaciones.

Agosto sería así un mes estupendo* para trabajar, más acorde con una sociedad que busca la conciliación, la salud física-mental y tener todo disponible los 365 días del año; a pesar de esto, todavía es el mes de las vacaciones por excelencia.

Lo curioso es que sigue despertando las envidias de los que se quedan, aunque luego ellos se vayan o ya se hayan ido. Tampoco hay que obviar que casi la mitad de los españoles se siente culpable por tomar vacaciones, lo  que indica que algo no nos funciona bien como sociedad.

La solución pasaría por fomentar y asumir un sistema de vacaciones más equilibrado,

Diez o quince días parece que son suficientes para desconectar, si lo hacemos de verdad, si todos respetan ese paréntesis. La calidad de los días de descanso no está directamente relacionada con la cantidad de días continuos, ni necesariamente con los recursos  económicos que se dediquen a ello. (Independientemente de que «el viaje» a destinos lejanos y lujosos sea uno de los sueños compartidos por una mayoría).

Si somos flexibles y repartimos el descanso a lo largo del año, reducimos el síndrome post vacacional, porque no queda un año para las siguientes vacaciones.

Las empresas, sobre todo las grandes, evitarían los picos o los valles de demanda, facilitaría la atención al cliente y ayudaría a la gestión de los recursos, tanto humanos como de todo tipo.

Aún así hay cuestiones que resolver ¿qué hacer con los niños, con los convenios colectivos, con los derechos adquiridos…?  

 

Se trataría de reflexionar hacia dónde va nuestra sociedad y buscar opciones diferentes para disfrutar de la vida. Todo el año.

 

*  En agosto, sobre todo en las grandes ciudades, hay menos carga de trabajo (llamadas, correos, reuniones…). Se puede pensar, planificar, ordenar…esas cosas que son más difíciles en plena vorágine. También hay menos aglomeraciones,  se aparca bien, y aunque haya menos restaurantes y sitios abiertos, hay oportunidades de conocer otros que de otra forma no visitarías.

Por el contrario, las zonas de costa o turísticas están sometidas a un estrés social y medioambiental para dar servicio de forma puntual a grandes aglomeraciones.

¿Eres «maker»?

A caballo entre la artesanía y la producción industrial, entre ser un «manitas» y un » solucionador», se encuentra la denominada fabricación digital, arropada y promovida por el movimiento “maker”.

 “Creador o hacedor “no son palabras frecuentes que se asocien directamente con una persona o un movimiento que rompe las barreras tecnológicas y de producción al mismo tiempo para » hacer cosas por ti mismo» o en colaboración con otros, con el trasfondo » open», usar todo en abierto, es decir, Open software, Open hardware y Open fabrication.

Herramientas como cortadoras láser, cortadoras de vinilo, impresoras 3D y fresadoras de pequeño y gran formato (CNC) se usan para hacer prototipos y ver dónde están los fallos sin invertir una fortuna, pero lo realmente interesante es que en su mejora se puede hacer partícipes a más personas, tantos técnicos como usuarios.

Esta forma de trabajar en » abierto» plantea muchas cuestiones y retos a la forma de producir y trabajar. También presenta oportunidades y ventajas al abaratar costes. Aunque no todo es idílico, en un mundo de colaboración y conocimiento colectivo, temas como la propiedad intelectual o las patentes a veces hacen aflorar el lado oscuro, y las ambiciones personales o empresariales se manifiestan. Aun así, es más lo que se recibe que lo que se pierde.

El desarrollo de este movimiento viene marcado no solo por los avances tecnológicos y la posibilidad de crear o prototipar de una forma más económica, su gran impacto vendrá de la mano del conocimiento colectivo, de unir mentes brillantes – estén donde estén, tengan la profesión que tengan- para aportar y crear conjuntamente. Algo que sería muy difícil de conseguir en una empresa entendida en el concepto clásico (el más común).

Los FabLab son una iniciativa del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT, por sus siglas en inglés) y su objetivo es crear una comunidad internacional en la que se comparten herramientas y procesos de fabricación digital para innovar e investigar, como forma de estimular el emprendimiento. En los FabLab que hay por todo el mundo se potencia esta nueva forma de entender la producción , se exigen unos requisitos comunes en maquinaria de fabricación digital y seguir unos procedimientos para poder formar parte de esta red.

Hacer prótesis a medida para la mano de un niño, personalizar un taburete, adaptar una mesa, crear unos módulos que sirvan para amortiguar el sonido,…son ejemplos cercanos que ilustran de lo que estamos hablando y que se desarrollan en alguno de los FabLab, como Media Lab Prado en Madrid, que organiza cursos y jornadas de divulgación como “Open Furniture “ o “Maker por un día”.

Se pasa del DIY- Do It Yourself/ hazlo tú mismo- al DIWO- Do It With Others/ hazlo con otros-.

Como dice un proverbio africano » si quieres ir rápido ve solo, pero si quieres ir lejos, camina acompañado «.

 Algunos enlaces de interés:

http://www.wearebuilders.net

http://makespacemadrid.org

http://doitdrones.com

https://wikihouse.cc

http://www.reprap.org/wiki/RepRap

NOTA: Es importante entender que algo (software, hardware …) sea o esté en abierto no significa que tenga que ser gratuito

Foto: Ejercicio de fabricación de una silla en el taller «Open furniture», MediaLab Prado.

¿Vamos hacia una sociedad de ocio?

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» Vamos a trabajar 4 horas al día, 4 días a la semana » está es la afirmación de Jack Ma CEO de Alibaba, el equivalente chino a EBay.

Esta afirmación me hace reflexionar sobre la sociedad a la que nos dirigimos. Y la percepción sobre el tiempo que pasamos ocupados y nuestro tiempo de ocio, y como gestionamos ambos.

En un principio el fin era conseguir el ocio a través de la riqueza, el sistema que nos han enseñado ha hecho que la riqueza sea el fin, en lugar del ocio. Esto nos lleva a vivir  para trabajar, en lugar de trabajar para vivir.

Belén Barreiro en ”La sociedad que seremos” reflexiona sobre cómo hemos aprendido lo que significa el bienestar. Un testimonio de uno de sus entrevistados dice: “Antes estábamos engañados, no todo es gastar dinero o viajar”.

Luis Racionero, en su ensayo  “del paro al Ocio” ya hablaba de acompasar la revolución tecnológica con la revolución ideológica, para evitar la generación de crisis. Además adoptando un modelo de valores humanistas y civilizados el estado natural del ciudadano, es el ocio creativo.

Para ilustrar toda esta reflexión voy a la paradoja del imbécil y el pescador, que cuenta como un turista pregunta a un hombre que se encuentra sentado mirando al mar a que se dedica, a lo que el hombre responde » soy pescador», un trabajo duro, supongo dice el turista, «no, trabajo dos horas al día, el resto del tiempo contemplo el mar, juego con mis hijos, paseo con mi mujer y tomo cervezas con mis amigos». El turista responde: ”Pero si trabajase más horas al día podría llegar a tener un barco más grande, tener tripulación para su barco, crear una gran empresa, vender en otros países…” ¿y para que querría hacer todo eso?, le pregunta el pescador. “Pues acumularía el suficiente dinero para poder jubilarse tranquilamente y así poder contemplar el mar, jugar con sus nietos, pasear con su mujer y tomar cervezas con sus amigos…

Toda una paradoja.

Disfruta de tu tiempo de trabajo y de tu tiempo de ocio.

 

Envejecimiento 4.0

Según los datos del INE, a 1 julio de 2016 residían en España más de 17.000 personas mayores de 100 años frente a los poco más de 4.000 que había en enero de 2002. Una buena noticia.

Y una mejor: Según  el biofísico Gregory Stock  la primera persona que llegará a cumplir 150 años podría haber nacido ya.

Es más,  si se cumplen las predicciones del gerontólogo Aubrey de Grey, quizás en los próximos 20 o 30 años podamos no sólo posponer la senectud indefinidamente sino revertir el paso de los años.

O podríamos convertirnos en posthumanos, como plantean científicos como Kevin Warwich  o José Luis Cordeiro, académicos como Juan Enriquez o divulgadores científicos como Eduardo Punset entre otros muchos. El ser humano podría incluso conseguir la inmortalidad gracias a que la mente acabe abandonando su soporte físico y llegemos al cuerpo humano 2.0 o 3.0 que propone Ray Kurzweil. Ya tenemos pruebas de que esto puede ser así con el artista y músico Neil Harbisson, el primer ciborg reconocido como tal.

El siglo XXI se está convirtiendo en el tiempo de convergencia entre la ingeniería y la biología con avances inimaginables hace muy poco tiempo y no es descabellado pensar que las enfermedades y el envejecimiento se acaben…para algunos, para los muy pocos que puedan pagar por ello.

La OMS estimaba en 2015 que en el año 2050 el 80% de las personas mayores vivirán en paises con rentas medianas o bajas.

Si nos centramos en España, según las proyecciones del INE el porcentaje de población mayor de 65 años que actualmente se sitúa en el 18,2% pasaría a ser el 24,9% en 2029 y del 38,7% en 2064.

En las recientes jornadas “Medir para actuar. El reto del envejecimiento” organizadas por el ayuntamiento de Madrid, se presentaron cifras respecto a la evolución demográfica en España y los datos tampoco son muy esperanzadores.

Según Rafael Puyol Antolín, que habló de la necesidad de fomentar trabajo más allá de la jubilación, los 70 años de hoy son los 60 de hace dos décadas y el  umbral de la vejez habría que situarlo por encima de los 70 e incluso los 75 años.El problema es que las empresas desde el punto de vista de recursos humanos están situando este mismo umbral a los 55 años.

En España el trabajo a partir de 55 disminuye significativamente y desaparece prácticamente cuando llega la edad de jubilación legal, así apenas el 1,93% de este colectivo sigue en activo frente al 5,33% de la media europea.

Los mayores de 55 años son un puntal fundamental para la cohesión social en nuestro país y la gran mayoría de los que han perdido su puesto de trabajo no tienen expectativas de reincorporarse al mercado laboral. Están situados en un limbo hasta la edad de jubilación que sigue alejándose cada vez más. El problema es especialmente relevante en personas con bajo nivel de cualificación que van viendo como sus trabajos desaparecen sin posibilidad de reciclarse para otros nuevos.

Si analizamos la situación de Madrid, según los datos de Madrid Salud, hay una brecha de 2 años de esperanza de vida entre distritos en función de la renta per capita media de cada uno.

Pero si hablamos de personas mayores sin hogar y con problemas de salud mental, la brecha es de 20 años menos de vida que el resto de la población.

Puede que vayamos hacia una sociedad distópica en la que convivan incluso en una misma ciudad, superhombres con acceso a beneficiarse o incorporar tecnologías que ahora empezamos a imaginar,  e infrahumanos sin acceso a los mínimos medios de subsistencia, como hemos visto en tantas películas de ciencia ficción.

Esperemos que esto no ocurra, pero para ello algo deberemos hacer que, de momento, no estamos haciendo.

La invasión inteligente: Smart Attacks !

Sí, Smart Attacks ! Y por partida doble .

Estamos siendo invadidos por lo Smart, tanto que parece que TODO es inteligente menos nosotros.

Ciudades, teléfonos, tarjetas de pago, edificios, pantallas, estrategias …la lista sería demasiado larga, aunque quizá se identifiquen mejor en inglés por aquello de que «suena mejor».

La verdad es que es tentador, todo es taaaaan inteligente que ya no tienes que pensar mucho ni dedicar un poco de tu inteligencia ( un bien escaso y costoso) a cosas que son capaces de hacer cosas y decidir por si mismas. Un trabajo menos.

Lo malo viene cuando no funcionan, en ese momento su inteligencia se esfuma y nos toca «desoxidar » la nuestra y ponerla a trabajar…¡Qué susto!

Si no es demasiado tarde, hasta resolveremos la situación probablemente con una mezcla de conocimientos y creatividad que creíamos olvidados o que no teníamos.

Esta sería la primera partida, la segunda va de inteligencia artificialalgo bastante más complejo que añadir la palabra «smart» a casi todo.

La inteligencia artificial  es, sin duda, incipiente presente y futuro seguro. Da un poco de miedo, quizá porque nuestra imaginación alimentada por películas de ciencia ficción va demasiado lejos con nuestros temores individuales y colectivos, pero a todo esto nos acostumbraremos antes o después pues es imparable.

Inteligencia artificial creada gracias al aprendizaje de las máquinas ( machine learning), alimentada a partir de lo que son capaces de aprender, por ejemplo jugando contra sí mismas.

Pero hay más.

Ahora se habla también de inteligencia colectiva como respuesta a situaciones y problemas complejos, como método para preparar reuniones efectivas, como fórmula para acercarnos a una realidad plural, obstinada en hacer que las recetas unívocas no resuelvan lo que antes solucionaban.

Gracias a la tecnología ahora es más fácil que la combinación de los microsaberes puedan generar un cerebro común, más potente, más sabio, más eficaz. La diversidad humana, con sus distintos puntos de vista y experiencias, se afirma en este entorno, como fuente de riqueza y como solución a los retos a los que se enfrentan las comunidades y las empresas (entendidas como comunidades con un propósito común).

La paradoja está en que a medida que la inteligencia colectiva actúa y se suman más y más individuos, sus resultados se convierten en alimento de las máquinas y por tanto, del desarrollo de la inteligencia artificial.

Sí, Smart Attacks¡ Vamos a celebrarlo, lo Smart es un invento humano!

Foto Freepik

Menos es Más. Una reflexión sobre minimalismo.

Minimalismo Arte GS marketing con sentido comun

Para hablar sobre minimalismo me viene a la cabeza la obra de teatro de Yasmina Reza, Arte.

La obra gira en torno a la compra, por una cantidad astronómica, de un cuadro, una tela blanca donde no hay nada, una tela totalmente blanca.Toda la obra gira en torno a la percepción de la obra por parte de los amigos del comprador y el precio de la misma. Si no la has visto te recomiendo la obra.

Y esto me trae hasta el tema sobre el que quiero reflexionar hoy. Minimalismo.

Partimos de la premisa de que vivimos un momento en el que tenemos el mejor nivel de vida de la historia en Occidente, donde el consumismo ha sido la tónica predominante.

Como humanos estamos programados para estar insatisfechos, esto tiene una base biológica.

En la antigüedad esta insatisfacción funcionaba como instinto de supervivencia.

En la actualidad anhelamos mucho y mantenemos la insatisfacción mediante la tecnología y la información. Nos muestran en la publicidad que nuestras vidas deberían ser perfectas y esto crea insatisfacción.

La evolución ha sido lenta, durante los últimos 100 años nos han vendido que necesitamos cosas que en realidad son superfluas. Vas introduciendo todas estas cosas en tu vida sin cuestionarte nada. Vamos en busca de la siguiente experiencia por la dopamina que produce.

Nos crean un patrón de vida, no nos permiten crear nuestro propio patrón de vida.

El sueño americano, por ende, el de Occidente, es vender más, que consumamos más por lo que tienes que trabajar más para conseguir más y no nos planteamos el reto de trabajar para vivir.

Desde los años 90 consumimos de forma desaforada debido al bajo coste de producción de los productos procedentes del Sureste Asiático. Todo es más barato y tiene disponibilidad 24h al día, por lo que acabamos acumulando.

La paradoja, tenemos tantas cosas que necesitamos más espacio para acumularlas. Esto se traduce en una floreciente industria de almacenes y trasteros para acumular todos esos trastos que compramos y no utilizamos.

Otra incongruencia es la moda rápida – existen 52 temporadas al año, una cada semana. Hay tiendas que para que no se revenda la ropa la cortan en tiras. Se trata de consumir ropa efímera, rápida, como la comida rápida.

En lo que se refiere al espacio, este fenómeno no creo que se dé tanto en la España urbana, la gente vive en casas más grandes de lo que necesita donde solo utiliza el 40% del espacio. Dibujando un mapa de calor se ve que hay zonas de la vivienda que rara vez se utilizan.

En una sociedad en la que llenamos el vacío con compras, tratamos de comprar el camino a la felicidad. Se nos mide por lo que poseemos no por lo que somos.

La premisa sobre la que quiero reflexionar es cambiar el concepto vivir una buena vida. Satisfacer nuestros deseos de una forma materialista, es una fórmula interesante para la economía de mercado, así mucha gente piensa que teniendo cosas materiales está más satisfecha.

En Estados Unidos se empiezan a desarrollan movimientos interesantes como contraposición a este sueño de comprar para ser feliz:

  • Casas enanas. Casa móviles como pequeños almacenes de 20 metros cuadrados que se instalan en el lugar que quieres y tienen lo mínimo imprescindible. Su filosofía es utilizar el mínimo espacio necesario. La crisis en España ha hecho que este tipo de soluciones se adopte de forma rápida.
  • Proyecto 333 – reto moda minimalista, Utiliza 33 prendas durante 3 meses, incluyendo ropa, accesorios, joyería y zapatos.Combinándolas de forma adecuada nadie se dará cuenta de que tu armario se ha reducido drásticamente.

El minimalismo es el movimiento que predica pasar de una vida donde el trabajo es el centro de la vida, a disfrutar de la vida trabajando lo necesario.

Hay que dar un paso atrás y hacer más con menos. Crear hogares de verdad diseñados para las necesidades reales de la gente.

Con el minimalismo cada posesión tiene una finalidad o trae una alegría. Tengo que justificarme a mí mismo si tiene un valor en mi vida. Si no, tengo que estar dispuesto a deshacerme de ello.

Mensaje: vivir deliberadamente con menos.

Para ello hay que cambiar la filosofía de tener más es mejor. Hay que reformular que significa tener éxito en la vida. Una vida con menos stress, menos cosas, menos deuda, más tiempo, más relaciones, más crecimiento, más alegría.

Nos movemos por el valor simbólico de las cosas, no por el valor material real.

Te deshaces de las cosas no cuando dejan de ser útiles, sino cuando pasan de moda.

Para conservar el Medio Ambiente tenemos que renunciar a la forma de consumo que hemos creado.

No se trata de tener éxito, se trata de ser feliz.

Te hacen creer que si tienes más, serás más feliz. Pero tú solo tienes el control sobre tener menos. Al tener menos tienes lo que quieres.

Concepto de libertad económica entendida como la habilidad de pasar el día como te parezca. Se trata de calidad, mejor que cantidad. Mejor tener un jersey bonito que muchos que no te gustan o no utilizas.

Otra tendencia que gana adeptos es la meditación, rumiamos sobre el pasado y el futuro y esto nos impide vivir el presente. Meditar es una técnica de búsqueda de bienestar en el momento presente. Puedes ser feliz solo siendo consciente de tu respiración. Se trata de centrarnos en una cosa en cada momento.

El minimalismo no es fácil, es un proceso.

Eliminando cosas de tu entorno puedes conseguir ser lo que tú quieras ser, no lo que quiera el entorno

Hay que encontrar el equilibrio. Tener lo suficiente. Se trata de buscar una vida que sea buena para nosotros y para nuestro entorno. Se trata de ser genuino. No es una vida perfecta. Pero es simple. Ama a la gente y utiliza las cosas, eso nos hará ser mejores.

¿Que piensas? ¿Te apuntas a este movimiento?

 

TRANSFORMACIÓN PERSONAL ANTES QUE DIGITAL

Últimamente no hay foro en el que no se hable de TRANSFORMACIÓN DIGITAL.

Escuelas de negocio, colegios profesionales, organismos oficiales, congresos y conferencias hacen referencia al tema o se apuntan al carro de lo que parece va a cambiar el mundo tal como lo conocemos.

Desde distintos puntos de vista se abordan las implicaciones que, para las personas, empresas y para la sociedad en general va a tener dicha transformación.

A los ejemplos y casos de éxito, suceden las amenazas y temores que se plantean frente algo que tiene unas dimensiones que se nos escapan tanto en lo económico como por el concepto en sí.

Para unos esto puede significar el fin de su actividad si no saben adaptarse y para otros será una oportunidad de negocio y crecimiento. Como siempre que ha habido un salto tecnológico en la historia.

Pero esta vez parece que el cambio va a ser más profundo.

Ya se oyen voces que alertan de que “lo que viene” no es un tema de tecnología, de inversiones en máquinas, robots, I+D+i, de saber usar el big data… es todo eso y más, es un cambio de mentalidad.

No sirve de mucho transformar la empresa e invertir en tecnología punta si las personas no han abierto su mente antes, y se han preparado para un nuevo entorno. Tampoco se trata de organizar muchos cursos de formación (para saber usar esas máquinas, entre otras cosas…) a posteriori.

Se trata de anticiparse, de prepararse para vivir en un entorno Volátil, Incierto, Complejo y Ambiguo ( VUCA por su siglas en inglés), en el que la transformación digital es uno de los motores, quizá el que marque la rapidez del cambio.

Pero no nos engañemos, si no hay TRANSFORMACIÓN PERSONAL no habrá transformación digital. Habrá dos velocidades, dos realidades, dos mundos y la brecha de la desigualdad será más profunda.

Hay tres requisitos en una empresa para que esa transformación personal facilite la digital: la implicación de la dirección, dedicar los recursos necesarios e involucrar a los empleados en una tarea común que ilusione.